domingo, 20 de abril de 2014

CLAE

La estafa más recordada de las últimas décadas, sin lugar a dudas, es la de CLAE, empresa dirigida por Carlos Manrique Carreño. Esta operó en el mercado desde febrero de 1978 y si bien CLAE llego a su fin en el año 1993, todavía quedan huellas de las grandes pérdidas que hubo.

A continuación, explicaremos más detalladamente el caso CLAE:

Antecedentes

En febrero de 1978 con la gerencia de Carlos Manrique Carreño se constituyó CLAE (Centro Latinoamericano de Asesoramiento Empresarial). Esta empresa cerraría en 1993 debido a un gran escándalo, ya que se hablaba que miles de personas que habían aportado durante años habían sido estafadas.

CLAE se inició brindando servicios de consultoría y asesoría sobre la administración de empresas. Sin embargo, la gran estrategia y lo que hizo que esta empresa logrará tener 160.000 de personas afiliadas fue que actuó como un intermediario financiero informal, puesto que no tenía la autorización de la Superintendencia de Banca y Seguro. Así pues, esta empresa ofrecía retornos hasta del 100% del capital invertido lo cual parecía a simple vista un negocio redondo donde miles de peruanos depositaron su dinero entre los cuales había jubilados, cesantes, miembros retirados de las fuerzas armadas, empresarios, entre otros. Así pues rápidamente fue consolidándose en el mercado llegando a tener 20 locales a nivel nacional (17 en Lima, en Chiclayo, Trujillo y Tacna). Por otro lado, Carlos Manrique era designado como el hombre del año debido a su aparente buena gestión y práctica empresarial. 

Pero ¿Cómo funcionaba CLAE? Todo se basaba en el tipo de esquema  Pirámidal. Este tipo de esquema se centra principalmente en la incorporación de nuevos “clientes” al mecanismo y con  “renovaciones de depósitos”. Las pirámides son conocidas como esquemas fraudulentos e ilegales. Si bien existen compañías de mercado en red o multi nivel que son legales son muy pocas en el mundo y sirven a los estafadores para pretender hacerse pasar por una de ellas.

La palabra “piramidación”, etimológicamente inexistente, ha sido adaptada en el ámbito financiero para definir los procedimientos de captación masiva ilegal de recursos del público. Este sistema gira en círculo cerrado y que al no tener un respaldo económico solvente, se produce su rompimiento y se terminan perjudicando principalmente las personas que colocaron su dinero más tarde. La piramidación constituye un efecto por el que con cualquier capital, sea grande o pequeño, se obtiene un elevado rendimiento en corto tiempo.

Bajo este método bajo la condición era que la persona  trajera a diez personas que invirtieran el mismo monto que él. Después la victima recibiría el dinero que invirtió más los intereses generados,  dichos montos provenían de sus amigos y otras personas que invirtieron su dinero después de él.  Por supuesto que para que dichos amigos puedan tener ganancias  eran obligados a reclutar a otras diez personas.  
De esta manera, CLAE venía operando en el mercado financiero sin ningún problema aparentaba ser una empresa sólida. CLAE había diversificado  sus negocios en distintos rubros bajo los nombres de CLAE Club, CLAE Shop Center, AeroCLAE y era propietario del Banco del Comercio. Sin embargo, esta empresa nunca estuvo regulada por la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS).

CLAE logró posicionarse en el mercado de la noche a la mañana por que cumplía con el pago puntual de los intereses de los depósitos de sus clientes. A través de letras o pagarés. Así pues, los afiliados creyeron que era un sistema más eficiente que por ejemplo los bancos, ya que debido al gobierno de Alan García las economía había tenía un gran quiebre con lo cual los bancos ofrecían por los depósitos tasas negativas. Sin embargo, el nivel de ingresantes a CLAE fue incrementándose tan rápido que llegó un momento en que los nuevos ahorros resultaban insuficientes para pagar los altos intereses a los anteriores depositantes rompiéndose la cadena.



El inicio de la crisis

CLAE era atractiva para los peruanos, no solo por los grandes retornos sobre el capital aportado que ofrecía. Por otro lado aprovechó que el país se encontraba económicamente inestable.
El gobierno de Alan García (1985-1990) fue un total fracaso, las inversiones se paralizaron y los bancos ofrecían tasas negativas. A esto CLAE era la salvación para muchas personas. Así, muchos peruanos depositaron a la empresa todos sus ahorros y hasta se prestaron dinero de los bancos dejando como aval sus bienes pensando que hacían el negocio de su vida. Y la verdad es que no se hubiera creído lo que realmente pasaba en esta organización, ya que pagaban puntualmente a sus clientes.

Un aspecto que nadie pensó fue que CLAE no estaba regulada por ninguna institución del estado. Y es que en la década de los 90’s, debido a la normativa no había ninguna regulación hacia las empresas. Es así como se empezaron a escuchar casos de estafa como REFISA. Al término del gobierno de Alan García entra al gobierno como Alberto Fujimori y se  audita a la empresa. El 29 de abril de 1993 se interviene CLAE al no poder sustentar el financiamiento de la empresa.

Finalmente, la era de CLAE llega a su fin el 16 de mayo de 1994 con la disolución de la empresa a través de una orden de la Corte Suprema del Perú. Por otro lado, Carlos Manrique se fugó a Estados Unidos y es aquí donde fue capturado y extraditado al Perú para responder por las acciones de su empresa.

Las reacciones al cierre de CLAE

La disolución de CLAE llegó y los stakeholders de la compañía entraron en pánico. Muchos clientes de la compañía al enterarse de la noticia sufrieron de paros cardiacos, otros al ver perdido todo el dinero de su jubilación se suicidaron. Pues fueron muy pocos los que lograron recuperar su dinero, dejando a miles de personas en el total desamparo.

La intervención estatal a la empresa, que duro casi trece meses, solo  encontró alrededor de  US$36 millones en las bóvedas de la entidad con lo cual solo se pudo pagar a algunos clientes de la empresa. Por otro lado, Carlos Manrique, tras ser extraditado de Estados Unidos, fue condenado a prisión efectiva por estafa perpetrada, el 29 de diciembre del 2001 tras acogerse al beneficio de reducción de pena, logro salir en libertad y hasta decidió lanzarse en las elecciones del 2006 para ser escogido como congresista, algo realmente sorprendente.

La disolución de CLAE, además de haber afectado directamente a sus clientes, también provocó efectos en la economía. Pues este caso generó un pánico financiero que afectó directamente al mercado peruano. Las personas habían perdido la confianza y por más que las entidades financieras estuvieran formalmente constituidas, la gente ya no creía en estas. Las personas optaron por retirar sus depósitos de los bancos  por lo que los depósitos de dinero disminuyeron  dramáticamente. Asimismo, otra consecuencia fue el aumento del desempleo (personal que laboraba en CLAE) sin los beneficios sociales como compensación por tiempo de servicios y otros.

Además, se crearon asociaciones y gremios  como la Asociación Nacional de Claeístas o Unaclae, los cuales  hasta el día de hoy reclaman por su dinero y ninguna entidad estatal les brinda una solución factible  para recuperar su dinero y  es que nunca se supo con certeza a dónde se fue todo el dinero aportado.



El análisis de la crisis

Como podemos ver este caso es muy complejo, pues si bien el señor Carlos Manrique era el gerente general y tenía todo el conocimiento de la estafa de CLAE, el gobierno no se preocupó por verificar el buen funcionamiento de esta empresa. Así pues, sino se intervenía en el gobierno de Alberto Fujimori, esto hubiera durado más años y más personas serían las estafadas.

Por esto, es muy importante que el gobierno participe del control hacia las organizaciones y que la gente se preocupe e investigue más a fondo sobre las empresas en las cuales está confiando su dinero. Por otro lado, es realmente preocupante que hasta el día de hoy las personas estafadas no encuentren una solución para la devolución de su dinero. El gobierno debería preocuparse más.

Cabe señalar que hay un serio problema ético por parte de Carlos Manrique al haber estafado a tantas personas buscando solo su propio beneficio. Además, que al no tener la regulación de la SBS, violaba las reglas del mercado gozando de una ventaja competitiva sobre el resto. Lo cual actualmente está penado a través de la ley de Represión de la Competencia Desleal (Decreto Legislativo N° 1044). Sobre todo que al no contar con la supervisión del gobierno ofrecía tasas que eran inalcanzables para sus competidores ejerciendo competencia desleal.

Elaborado por : Mellisa Delgado

Fuentes:





No hay comentarios:

Publicar un comentario